Al amor con el humor, ¿y a los negocios?
Óscar Zamorano, Fundador y Director Ejecutivo Ventas de JIOrings
Una de las cosas más importantes para una persona cuando empieza una relación de pareja con otra, es el reírse con ella. Aparte de la atracción física que debe existir, el humor es vital en todas las fases de la vida y en el amor no iba a ser menos.
Con el cliente sucede algo parecido. En la primera fase de captación del cliente, hacer que éste se sienta a gusto hablando conmigo para mí es fundamental. Que la visita, llamada telefónica o correo electrónico le resulten agradables es la base para que la relación comercial fluya. Si además, hay conexión y podemos hacer que la conversación termine con unas risas, tendré más posibilidades de metérmelo en el bolsillo.
El proceso de venta es complejo y los estilos comerciales variados, hasta hace pocos años las labores comerciales se basan en “convencer a alguien de que me compre algo”. Tener en plantilla a un tío que vendiera hielo en el polo era el sueño de todas las empresas. En JIOrings nuestro objetivo es agregar valor añadido a la venta y convertir a los clientes en compradores de largo plazo porque, ¿de qué nos sirve vender hielo solo una vez?
En el área de Logística de JIOrings, soy yo quien se convierte en el objetivo de los comerciales. Y personalmente he de reconocer que no me gustan los comerciales que solo hablan ellos, basando toda la conversación en un discurso aprendido en el que ni me escucha. Recuerdo una reunión comercial en la que desde que entré hasta que salí, solo pude intervenir para decir hola y adios. Y efectivamente, eso es lo que sucedió, nunca contamos con sus servicios, hasta nunca. Este tipo de experiencias me sirven para mejorar mi labor comercial.
Puede que no seamos los más guapos, ni los más altos pero ojito que si nos conoces te van a entrar ganas de trabajar con nosotros. Eso es lo que tratamos de transmitir, que el cliente se sienta a gusto con nosotros, que sepa que conocemos sus necesidades y que podemos cubrirlas, escucharle y de paso sacarle unas carcajadas pero siendo nosotros mismos (ser gracioso mola, hacérselo no).
Así que, al amor con humor y a los negocios, también.