Así son y así funcionan los motores eléctricos
Con el progresivo agotamiento de los combustibles fósiles, el futuro pasa por los motores eléctricos. En esencia, un motor eléctrico es aquel que emplea energía eléctrica para alimentarse y que convierte esa electricidad en movimiento o energía mecánica.
Los motores eléctricos pueden ser de corriente alterna o de corriente continua en función de su fuente energética, y en cuanto a su estructura y su potencia, pueden ser monofásicos (los que no pasan de un kw de potencia) o trifásicos (que pueden tener potencias muy superiores y están compuestos por tres estatores).
Y en cuanto a cómo funcionan, todos se basan en el mismo sistema: el electromagnetismo. Funcionan por el principio de que los polos iguales de los imanes se repelen. Esa capacidad de repelerse, canalizada a través de campos magnéticos que se oponen, consigue que los motores eléctricos puedan generar movimiento. Las fuerzas generadas por los campos opuestos hacen que el motor gire al ir empujándose sostenidamente en una especie de espiral. Así, ese giro impulsado por los campos magnéticos sirve para mover ejes motrices de cualquier tipo de mecanismo.
Un futuro prometedor
Los motores eléctricos tienen una larga trayectoria y se utilizan en los más diversos campos, desde la fabricación de electrodomésticos al desarrollo de coches más limpios, pasando por la industria pesada o el transporte ferroviario.
Además, a medida que su tamaño se reduce y su potencia aumenta, se convierten en idóneos para sustituir a los motores de explosión que consumen combustibles fósiles. Tienen, por tanto, un futuro muy atractivo, especialmente en la industria de la automoción. Coches eléctricos, coches híbridos y coches de hidrógeno o de pila de combustible necesitarán uno o varios motores eléctricos para moverse, por lo que cabe esperar un crecimiento muy importante de la fabricación de estos motores.
Las juntas, claves en la producción
En ese porvenir de los motores eléctricos juegan un papel fundamental las juntas que se utilizan en su producción. Las juntas, en la fabricación industrial, se emplean para garantizar el cierre estanco entre dos piezas. En los motores eléctricos, se utilizan dos tipos principales de juntas: las Gamma (tipo RB) y las V-Rings, como las que distribuye JIOrings.
Las juntas gamma, o juntas axiales RB, son aquellas que, con un diseño sencillo, ofrecen una carcasa metálica en acero embutido y un tratamiento en cromo o zinc, y además, un elemento de estanqueidad.
Por su parte, las juntas del tipo V-Ring son las que están compuestas por un anillo hecho en elastómero y garantizan la estanqueidad de ejes rotativos en ausencia de presión. Sirven para asegurar el cierre ante el ataque de polvo, barro, agua u otros agentes.
Con estos elementos, los motores eléctricos son más sólidos y fiables y resisten mejor las condiciones de trabajo a las que ven sometidos.
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