Entre otras cosas, mucho glamour
Por Jean-Albert Morlard, Fundador y Director Ejecutivo Compras y Export
¡Tengo una compañera de trabajo – SG por no desvelar su nombre – que me persigue! ¡Ojo! No digo que me acosa, a ver si voy a meterme en líos. No, simplemente, me presiona para que escriba un artículo de opinión para el blog de JIOrings: ¿Por qué hacemos lo que hacemos? Parece el típico examen de Bachillerato. Página blanca. Cuatro horas.
“El famoso storytelling que ha existido siempre vuelve con fuerza“, me sostiene SG. Bien, empezamos con anglicismos pero bueno, en general, se me dan bien los idiomas así que storytelling, pues, será de contar una historia, ¿no? Para asentar la veracidad de esta difícil traducción, el buen profesional que soy mueve con maestría su Magic Mouse (¡toma anglicismo!) y desliza dos dedos sobre su suave superficie para cambiar de escritorio hasta encontrar Safari. Desde hace poco, he decidido poner los cuernos a Google así que empiezo la búsqueda en Qwant, un buscador que no recoge datos personales (así lo venden, por lo menos), tecleando storytelling.
El primer resultado que aparece, de un tal 40defiebre.com, me confirma que el “Storytelling es el arte de contar una historia para conectar con tus usuarios“. De acuerdo, ahora tengo que sincronizar historia y usuarios. Entonces, SG quiere que cuente a los usuarios de JIOrings una historia explicando por qué vendemos juntas de estanqueidad. ¡Suena apasionante! Tanto para el redactor como para el lector… Se me ocurren títulos devastadores: “La junta tórica se escondía detrás de la quad-ring”, un relato jadeante que no te dejará indiferente. “HP vs UN”, el pageturner (otro anglicismo, jeje) que ya ha seducido a más de un millón de lectores en España.
Bienpensado.com indica que “cada negocio tiene una historia, cada organización tiene una visión, cada empresario tiene un sueño y cada producto tiene magia. Todos tenemos una historia“. Hombre, visto así, suena que tiene más glamour. ¡Toma “francesismo”! ¿Existe esa palabra?… En este caso, los puntos suspensivos indican que ha pasado algo de tiempo entre la pregunta y la respuesta. Lo bueno es que el lector no sabrá nunca si han sido segundos, horas o días. Lo mismo he hecho directamente la búsqueda en Qwant y he vuelto enseguida a escribir el final de la frase o si he ido a tomarme un café y a jugar un partido de ping pong (en JIOrings, tenemos una liga de tenis de mesa entre empleados que desata mucha pasión) o si he vuelto a casa, he comido, he visto un capítulo de “The Wire” – significa escucha, seguimos aprendiendo palabras en inglés-, he tocado el piano, he visto al Celta derrotar al Barça, he dormido y he vuelto… Ah, pues sí, según la RAE, es sinónimo de galicismo. Bueno, por lo menos, en este artículo, todos habremos asimilado una buena dosis de nuevo vocabulario.
Glamour, decía. Hombre, glamour no es exactamente la palabra que mejor defina la compraventa de juntas de estanqueidad. Quizá pueda encontrar algo de glamour que se pueda relacionar con las juntas. Veamos, el Festival de Cannes (pronunciar CAN, como el verbo inglés que significa poder). Esto se está convirtiendo en una MasterClass – toma otro anglicismo – sobre la lengua de Lewis Hamilton. Ya sé que habitualmente, se suele hablar más bien de la lengua de Shakespeare pero me parece que en 2018, hay más aficionados a la Formula 1 que a la literatura británica del siglo XVI.
¿Formula 1? ¿Acabo de decir Formula 1? Olvidad el Festival de Cannes, la Formula 1, aunque hayan decidido quitar las Grid girls (no traduzco este término inglés para no entrar en un conflicto de micromachismo), es un escaparate del glamour y un Ferrari lleva juntas, ¿no? De hecho, ¡JIOrings vende una junta especial en silicona para Ferrari!
¡Ya tengo mi historia! JIOrings vende juntas de tóricas para ayudar a los fabricantes a que mejore la calidad y la competitividad de sus productos acabados. SG se va poner pero que muy contenta. Al final, no era para tanto eso del storytelling.
Pero, ¿qué veo en la pantalla? 720 palabras. SG me dijo que el relato no debía sobrepasar las 750 palabras así que no me queda espacio para seguir. Otra vez será…
THE END